Yo antes
dormía.
Ahora
escribo, bebo y echo de menos.
Por el día
soy un ser humano,
por la noche
no sé lo que soy.
Los
fantasmas que me dictan lo que te escribo
dicen que
tengo los labios demasiado rojos
para estar
muerta
pero luego
me ven el corazón tan descosido y nublado
que me
abrazan diciéndome “bienvenida”.
Me cuidan
apartándome los mechones de pelo
que se
enredan en mi bolígrafo negro;
soplando la
llama del mechero
cuando
después de quemar tu carta me hipnotiza el fuego;
acercándome
otro folio si mis lágrimas lo bombardean.
No hay
escudos contra sollozos.
Por las
noches naufrago,
incluso mis
costillas flotantes se hunden.
De madrugada
aquí no quedan en pie ni los acantilados,
todo el
territorio se allana y desaparece;
no hay
montañas en las que resuene el eco de mis “quiéreme cerca”.
Mi boca es
una casa abandonada
a la que los
niños se acercan para arrojar piedras
y hacer
apuestas de valentía.
Todos mis
muebles están cubiertos con sábanas blancas desgastadas,
quiero que
seas tú quien las aparte,
quiero que
seas el único que se mueva en mi pista de baile.
Cuando se
hace de día
vuelvo a
sentirme el corazón,
no son latidos:
son tambores de guerra,
el retumbar
de mis ganas de luchar por ti.
Luchar por
ti,
ya ves,
siempre me
gustaron las cornisas resbaladizas.
8 comentarios:
Pero hay esas ganas de volver a luchar por un algo y por un alguien...
Un abrazo.
Un placer leerte, Nerea.
Besos de anís.
"No hay escudos contra sollozos".
Salvo la poesía. Aunque a veces se vuelva cuchillo en vez de pluma.
'quiero que seas el único que se mueva en mi pista de baile.'
esta frase, y las tres últimas, me han enamorado.
Siempre hay que luchar. Y no sé si es por eso pero siempre te superas.
Un abrazo.
Te he leido en los mejores momentos y ahora esto..... así como dices tu no hay escudos contra sollozos, solo entrégate, así la pasarás menos mal.
Besos bonita Nerea
Hermosa poesía, toda con un trocito de tu bonito corazón.
Los mejores deseos.
Este debe ser el texto que más me gusta de ti.
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