Vuelvo a casa caminando de puntillas, no vaya a ser que se despierten los poetas.

11 mar 2013

Monte que suspira cada vez que te ve desnudo

Pierdo la vergüenza
y un beso en tu comisura.

Encuentro a marzo escondido
tras las pocas luces encendidas.

Este paraíso con forma de
pueblo de montaña
sabe cómo tratar a mi prosa
para hacerla gemir.

Casas de piedra para
resguardar besos frágiles.
Besos que puedo perder en el agua
caliente de la bañera con vistas a
un monte que suspira cada vez que
te ve desnudo.

Se me caen los párpados.
Las nubes nos enfrían la mirada,
y bostezamos como un gato sin botas
que se acurruca cerca de la leña ardiendo.

7 comentarios:

Patty dijo...

Será que es Lunes nerea, nos sentimos así como ese gato :) besos :*

Rafael dijo...

Cuando veo esa imagen me recuerda que debo de volver al monte, que tengo que salir a buscar sus sendas y tengo que ir para llenarme de toda su magia.
Un abrazo en la tarde.

Gumer Paz dijo...

Estás que te sales Nerea. ¿Te inspiras o relatas? Genial! Un beso

LOBEZNA dijo...

Bostezamos como un gato sin botas, ja ja ja, que audaz. Un abrazo.

David Mariné dijo...

para escribir buena poesía, entre otras cosas, hay que perder la vergüenza.
un saludo.

Mily Murillo dijo...

Poesía que enamora,
que te lleva de la mano a la montaña de la vida.

Bella como siempre, un abrazo.

Mario dijo...

La poesía puede y debe acariciar el alma. Y tú, créeme, lo consigues...

Un placer leerte. Saludos.

Mario