El destino
me ha disparado en el estómago.
Un balazo
sucio que me ha manchado el ombligo.
El destino
me ha puesto
por toda la
autopista
clavos en
forma de labios;
mi cuerpo ha
pinchado
y sin parar
de acelerar ha caído en la cuneta.
Mi cuerpo
huesudo
ha caído en
tu cuneta;
has venido a
olisquear comprobando que no me he roto nada.
El impacto
ha sido de película,
sigo viva
como si esto fuera cine de acción.
Me veo capaz
de caerme
por todas las escaleras del mundo
sin hacerme
ningún rasguño.
Esta noche he
rodado por la de Led Zeppelin,
quién quiere
cielo si las partes de abajo siempre fueron las mejores.
He llegado
hasta ti con el vaso intacto y vacío;
lo he
llenado en la barra libre de tu desastre,
voy borracha
de causas perdidas.
El destino
es un pintor
y acaba de
cubrir el primer plano del lienzo
con tu pelo
moreno
porque ha
pensado que esta noche
no me gustaría
bailar sola dentro de mi cuadro.
El destino
ha clavado sus dientes
en mi ingle
como una
víbora hambrienta que se defiende,
el veneno ha
llegado hasta el fondo
y quiero que
lo chupes.
El destino
me ha disparado en el estómago
y tú te has
colado por el agujero de bala
como si mi
cuerpo fuera el único bar abierto.
Que el
destino nos siga acorralando.
Que sigamos
hiriéndonos juntos
hasta que
con la última gota de nuestra sangre
escriban la
palabra fin.
3 comentarios:
Así es el destino muchas veces y forma esas siluetas caprichosas que tan bien defines.
Un abrazo.
Sinceramente que bonito te quedan tus poemas Nerea.... besos :*
Eres inspiración, y cada día te superas, Nerea.
Enhorabuena por tu trabajo.
Tranquilidad nocturna en http://albordedetucama.blogspot.com.es
M.
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