Nuevo
Documento de Word, nº87.
Octogésimo
séptimo intento de fingir que me das igual,
que te he
olvidado,
que me
importa una mierda no ser la reina de tu baile.
No soy nada
convincente.
Mi perro no
me cree,
es que no me
creo ni yo.
Te
atropellaría
ahora mismo
con un vagón
lleno de pasajeros
y les
encendería el típico letrerito de aplausos
de los
programas de humor malo
para que
vitorearan tu pérdida.
Llevo los
brazos en cruz
para no
perder el equilibrio
pero siempre
acabas apareciendo tú
cambiando el
sol por un vinilo de mi cantante favorito,
entonces
miro hacia arriba y me tropiezo.
No sé dónde
caigo
pero estoy
segura de que muy lejos de ti.
Lejos de los
bares
lejos de las
chaquetas vaqueras
lejos de los
pañuelos que me protegen la garganta.
Demasiado
cerca de las canciones de blues.
Soy carne de
melodía triste de armónica
en la celda
más oscura de la cárcel.
Escondo con
vergüenza mi traje de abandonada
pero tengo
que aprender a lucirlo.
Tengo que
volver a caminar haciendo ruido,
ya sea por
los tacones
o por los
espejos rotos que llevo dentro.
Me he
disparado en la lengua
y en vez de
sangre han salido cartas.
Todo mi
cuerpo está lleno de folios escritos que nunca te envié,
fechados y
firmados
donde me
confieso suicidamente tuya.
Ahora ya lo
sabes.
4 comentarios:
Versos tremendamente emotivos.
Un abrazo.
Le quedó totalmente claro, has sido bastante explicita :* besos preciosaaaaaa.
Ay, todas esas cartas que nunca enviaremos... Deberíamos hacer un libro con todas ellas, aunque no sé si daríamos mucha pena o qué... posiblemente la otra persona saldría corriendo al otro lado del mundo, jajaja, si ya de por sí estaba lejos...
Me ha gustado mucho :)
Besos
Hay quien aunque se lo escribas claro, no quiere entender.
Brutal y precioso.
Saludos
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