Mis mejillas
sonrojadas
porque las
has pintado tú.
Mis ojos
verdes
porque tu
toalla de ducha es verde,
mis ojos
amarillos
porque los
azulejos de tu baño son amarillos,
mis ojos
naranjas
porque las
naranjas de tu zumo son naranjas,
mis ojos
arcoíris
porque una
vez miré
muy
fijamente
uno de tus
cuadros
y me llevé
para siempre
el color en
la mirada.
Mi pelo
negro
porque
ordenas
al hueco del
árbol, al tintero y a la noche
que se
derramen en mi almohada.
Mis manos
azules
después de
tocar tu cielo.
Mi mente
transparente
porque
contigo no puedo ocultar pensamientos
y enseguida
se me ven los te necesito
y los vete a la mierda pero vuelve.
No olvidaré
la primera
vez que me dijiste te quiero.
Fue justo
después de que descubrieras
que te había
robado el lápiz
para dibujar
a Adán sin hoja de parra.
Tus pestañas
son los dedos de un niño
que pinta
con las manos un mural de la primavera,
los
profesores le pidieron flores
él prefirió
una pareja metiéndose mano en un parque
-qué hay más
primaveral que eso-.
Cada vez que
pestañeas al mirarme
me siento
obra de arte,
obra de arte
sólo porque tú me miras
imagínate
cuando me tocas.
Cuando me
tocas
se vacían
los museos,
los cuadros
del mundo caminan
sobre sus auténticos
o falsificados marcos
para
preguntarte ¿y a nosotros cuándo?
para que
respondas sólo a ella.
4 comentarios:
Es un círculo donde se juntan diversos sentimientos en el alma de tu protagonista.
Un abrazo.
Y viva la sinestesia.
Has pintado mi mañana de colores. Gracias.
Un abrazo :)
El robo del lápiz me parece lo más espectacular que he leído..... maravilloso como siempre Nerea :* besosss
¡Qué bueno es!
Un saludo.
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