Quedaremos en otra vida y
me llevarás a ese pueblo de pescadores
para comer sardinas y mirarnos vivir.
Veremos atardecer mientras
unos niños nos limpian el coche
a las puertas de un bar de playa.
Pararemos el tráfico de autobuses de turistas
para cruzar la pequeña carretera
que separa el aparcamiento y la pensión Andrés
donde haremos el amor sin dejar que el sueño
salga del banquillo.
Alquilaremos una barca azul y blanca,
nos quemaremos los hombros,
mudaremos de piel.
Mudaremos de habitación de alquiler.
Serpentearemos por arenas
llenas de colillas
y restos de bocadillo.
Saldremos por la noche.
Encenderemos hogueras clandestinas
-árdeme encima-
y también prenderemos fuego
a tablones de madera.
Ayudándonos de hojas de periódico
donde ya no hablan de nosotros.
Le robaremos la motocicleta
al chico que vende bebida en los bancos de piedra,
iremos a la montaña
y se la devolveremos.
Nos querremos tanto
que seremos el sol y la luna
en versión posible.
En otra vida.
En ésta no tienes cojones.
2 comentarios:
Es que en esa "séptima vida", hay tiempo y "valor" para todo.
Un abrazo y mi sonrisa.
En esta vida casi nadie tiene cojones y lo peor es que si nos dan otra, seguramente, seguiríamos sin tenerlos.
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