El agua fría
de las mañanas de domingo.
De lavar caras
y resacas.
De intentar olvidos.
De salvar respiraciones
detrozadas por colillas
mal apagadas en los pulmones.
Era sólo rock and roll
hasta que también fue corazón
y me estalló por dentro.
Pero no hay nadie
en la otra silla de esta mesa
de cafetería de barrio.
Ni al otro lado del objetivo.
Fotografío vacíos
y besos muertos.
¿A cuántas musas maullará?
Besa sin te quieros
en los bolsillos.
Mientras mi lengua kamikaze
y enamoradiza
se estrella en su boca musical
con todas las de perder.
Llévame a bailar
un rato.
Un rato que dure
toda la noche.
Por favor.
2 comentarios:
"...No te lo pido ni suplico, simplemente es que quiero bailar contigo..."
Un abrazo.
Y así van olvidando cosas y encaminándose nuevamente :* preciosa
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