Pasan los aviones.
Nos ven desnudos tomando el sol
en lo más alto del edificio.
Sedientos de agua y rima.
Buscando el sol
y la quemadura de unos labios
en los hombros.
Entre lunar y lunar.
Sonido de llaves.
El amor ya no llama al timbre.
Ya no se deja los nudillos
en mi puerta de madera.
Ha puesto su propia cerradura;
a saber qué ha hecho con la segunda copia de las llaves.
Pero te escucho.
Te escucho y me da igual lo que el amor
haga conmigo y con mi felpudo.
Te voy a besar y vamos a estallar.
Vamos a volar por los aires.
Nos convertiremos en millones de diminutos trozos
de cuerpo y alma,
de rima y acordes,
que caerán sobre las atracciones de feria
donde otros también besan y revientan.
Reventar de amor,
qué ridículamente romántico.
La tarde es eterna.
Hueles a vino y a estrofa,
que es como huelen los poetas.
Sabes a todo eso
y a libro viejo.
¿Adónde irán las nubes?
Te las estás llevando, ¿verdad?
A todas ellas,
con todas sus formas y todo su blanco algodón.
Me he curado siempre las heridas
con nubes empapadas de alcohol.
Alguna vez escocía
y tú soplabas.
Después escribías.
Y cantabas.
4 comentarios:
Me gusta tu escritura, tu poesía y tu sentir.
Te he visto en otro blog y me he asomado.
Si quieres pasa por el mio y si te gusta podemos seguirnos.
Un saludo
¡Que pena , hace ya tanto tiempo que se me acabó la oportunidad de presentarme a la Academia General sel Aire ya solo puedo aspirar a ser felpudo en tu puerta.
Besos.
beautiful blog kisses
me encantó. así deberíamos estar, siempre a reventar
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